En 2019 se produjo uno de los acontecimientos culturales más relevantes y esperadas de los últimos años en el País Vasco: la reapertura del museo Chillida Leku de Hernani. Este relanzamiento se produjo, en parte, gracias al impulso de la galería suiza Hauser & Wirth, que pasaría a convertirse en el galerista exclusivo con capacidad para vender obras de la Sucesión Chillida. Mientras, el museo Chillida Leku seguiría su rumbo gestionado de forma independiente por la fundación Eduardo Chillida y Pilar Belzunce.
Pero esta noticia no fue el único titular importante que dejó en 2019 Hauser & Wirth, ya que el pasado mayo anunció su intención de convertir la Isla del Rey, un islote de 40.000m2 de Menorca, en un centro de arte. Estas noticias culturales de gran relevancia internacional, hicieron que nos interesáramos por esta galería, y por el país que la vio nacer, Suiza. Nos embarcamos así en un viaje por el país alpino, centrados en conocer su oferta cultural y su savoir-vivre.
Zúrich
La primera parada de este recorrido la hacemos en Zúrich, la mayor y más importante de las ciudades suizas, a la que llegamos a bordo de un Bombardier CS100 de Swiss, aerolínea que ofrece vuelo directos entre Bilbao y Zúrich. Entre el catálogo de revistas digitales disponibles para sus pasajeros, se encuentra, BASQUE LUXURY MAGAZINE, con la que nos entretenemos mientras las azafatas nos deleitan con champagne y delicias suizas.
Al aterrizar, accedemos a una de las mejores terminales de Europa, por sus boutiques de lujo, su oferta gastronómica –donde destaca el Center Bar, reconocido como uno de los mejores bares de aeropuerto del mundo– y, sobre todo, por las salas VIP de Swiss, donde, al igual que a bordo de sus aeronaves, se palpa el “Swissness” en todo lo concerniente al servicio de comida y selección de bebidas locales. Al encontrarse a tan solo 10 minutos del centro de Zúrich, y rodeado de zonas residenciales, el aeropuerto es un lugar de encuentro habitual entre los locales, que lo utilizan como centro comercial.
Zúrich tiene dos identidades muy dispares, una muy clásica y conocida, y otra más transgresora, juvenil, original, y desconocida para muchos. Nuestra visita a la ciudad comienza por esta segunda, en concreto por el B2 Boutique Hotel donde decidimos alojarnos, una antigua fábrica de cerveza reconvertida en hotel y spa. La cervecería, que data de 1867, pasó a convertir parte del inmueble en el primer baño termal de Zúrich en 2011. Sus tratamientos se basan en antiguos rituales romanos e irlandeses, que se dividen en diferentes áreas: baños de vapor florales, exfoliación, chorros de masaje, jacuzzi, baños calientes y salas de tratamientos, entre otros. Una piscina en la azotea, que a primera hora se reserva en exclusiva para los huéspedes del hotel, corona este singular edificio dedicado al bienestar que, por su privilegiada ubicación, ofrece una panorámica de toda la ciudad. En el otro ala del edificio se inauguró en 2012 el hotel, cuyo corazón es una vinoteca con una espectacular librería compuesta de 33.000 volúmenes en diferentes idiomas.
Desde el hotel se llega fácilmente a Zúrich-West, el barrio más alternativo de la urbe. Esta área industrial ha ido transformando los últimos años las fábricas en tiendas, restaurantes y galerías, convirtiéndose en uno de los barrios de moda de Europa. Entre sus símbolos más reconocidos están el Freitag Flagship Store, la torre de contenedores que alberga la tienda principal de la marca local que confecciona complementos a partir de lonas de camiones, Im Viadukt, la arcada bajo las vías del tren convertida en zona de tiendas, y el Prime Tower, el mayor rascacielos del país. Su bar, Clouds, a 120 metros de altura, es la mejor opción para tomar unas copas al atardecer. Un buen restaurante en el vecindario es LaSalle, ubicado dentro de un antiguo astillero. A pocos metros de aquí se encuentra el centro de arte contemporáneo Löwenbräu Kunst, una cervecería convertida en un vibrante espacio cultural. Entre sus inquilinos hay galerías, un museo y varias salas de exposiciones, además de la sede principal de Hauser & Wirth, uno de los impulsores y fundadores de este complejo. Tras una visita guiada de las dos áreas expositivas de la galería, con piezas que enfrentan a nombres tan reconocidos como Louise Bourgeois y Pablo Picasso, nos invitan a acercarnos al Hotel Baur au Lac, en cuyos jardines exponen temporalmente obras de Eduardo Chillida. Entre árboles centenarios, la galería ha logrado crear un pequeño Chillida Leku en el corazón de Suiza.
El Hotel Baur au Lac es la muestra más clara de que nos hemos acercado a la zona clásica de Zúrich, la Bahnhofstrasse, la milla de oro de Suiza, que llega desde la estación central de tren hasta el lago. Louis Vuitton, Tiffany & Co., Graff, Bucherer, Omega, Chopard y Cartier son algunas de las maisons que han decidido colocar su estandarte en esta transitada avenida comercial.
Cruzando el río se llega a Niederdorf un lugar ideal para cenar o picar algo por la tarde (recordemos que los Suizos empiezan a cenar a las 18:00). Muy cerca de ahí, en la Napfgasse, se preparan, desde 1842, los mejores dulces de la ciudad, en la Conditorei Schober, una pastelería cuya cafetería está dividida en tres plantas, cada una con un ambiente distinto.
La ruta por Zúrich finaliza en HB, o Hauptbahnhof, la estación central de trenes que conecta la urbe con el resto de ciudades suizas y europeas.
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