La música es uno de los elementos más importantes de una boda, y acertar con un repertorio acorde al tipo de evento y al lugar en el que se celebra es fundamental. En este aspecto, la interpretación en vivo se ha establecido como la tendencia predominante en las bodas de la alta sociedad. En el País Vasco, Sotto Voce es la agrupación de cámara que ha tomado protagonismo en las ceremonias más destacadas.
Dirigida por el violinista Pedro Miguel Aguinaga, Sotto Voce propone a las parejas una serie de canciones para cada fase del casamiento. Las bodas civiles empiezan con la entrada de los invitados y del novio, seguida de la entrada de la novia, las lecturas, el intercambio de anillos, las firmas y la salida; y el repertorio para este proceso incluye a compositores y grupos tan dispares como Metallica, John Lennon, Händel, Benito Lertxundi, Ken Zazpi o James Horner. Los enlaces religiosos, que incluyen las fases del ofertorio y la comunión, tienen un programa más clásico, con obras tan sonadas como el Aleluya de Mozart, Gloria de Vivaldi, o Aria de la Suite en Re de Bach.
Para el cocktail y el banquete, los novios pueden escoger el estilo más apropiado para su boda: clásica, ópera, bandas sonoras, tango, bolero y música vasca, o incluso solicitar canciones concretas. No hay obra que se le resista a Pedro Miguel Aguinaga. Sus arreglos musicales, junto a la delicadeza interpretativa de este cuarteto de cuerdas, ha llevado a Sotto Voce a ser la banda sonora de todo tipo de bodas, desde las más fastuosas, celebradas en importantes catedrales, hasta las más íntimas, organizadas en históricos veleros en medio del mar.
Fotografía: Oier Aso (Artefoto).
Sotto Voce
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