‘Balenciaga Inolvidable’ es la primera exposición monográfica de la colección nupcial del maestro Cristóbal Balenciaga (1895, Getaria – 1972, Jávea): 10 piezas originales de alta costura que podrán visitarse hasta el 13 de octubre de 2024 en dos simbólicos espacios del Museo de la Catedral de Pamplona, concretamente, en el refectorio y la cocina, ubicaciones que escenifican de manera mágica la atmósfera para la que fueron creados.
La exposición, organizada por Artcouture en colaboración con el Museo Cristóbal Balenciaga de Getaria, el Museo de la Catedral de Pamplona, el Ayuntamiento de Pamplona y el patrocino de Montiel Joyero, Hotel Tres Reyes, óptica Julio Ezpeleta, Grupo Torregrosa, Massada y la Iniciativa Jon de la Puente, presenta diez piezas de alta costura creadas por el modisto guipuzcoano entre 1922 y 1966. Así, en el refectorio se pueden ver nueve trajes nupciales, colocados de manera individual, que muestran los diferentes estilos y técnicas de Balenciaga; por otro lado, en la cocina, una de las mejor conservadas de Europa, se disfruta de una única pieza, de 1966. Se trata de un espectacular traje en gazar marfil calado y bordado, con escote a la caja y manga japonesa larga. Destaca por su cuerpo entallado y falda de bajo asimétrico. La cocina de la Catedral de Pamplona, con su singular construcción, su característica bóveda y su luz cenital ha inspirado a arquitectos, escritores y artistas durante siglos.
A través de una estudiada museografía, ‘Balenciaga Inolvidable’ propone un diálogo entre el espacio, único y singular, de la catedral, símbolo y estandarte del patrimonio artístico y cultural de la ciudad de Pamplona, y las obras, piezas de alta costura diseñadas y creadas como auténticas obras de arte. De este modo, espacio y obra, se unen y transforman en un legado único que visibiliza la mixtión de diversidad y coherencia del arte en su máxima expresión.
Durante 15 días de este otoño los pamploneses y todas las personas que visiten la capital navarra, podrán disfrutar de una exposición estética, emocional, científica y de aprendizaje, sobre la obra de un modisto de alta costura que marcó un antes y un después en la moda. Cristóbal Balenciaga fue un auténtico referente por su estilo innovador, su alto nivel de exigencia y su rigor profesional, lo que le concedió un prestigio internacional ampliamente reconocido. Así, podremos disfrutar de prendas artesanales elaboradas a mano, lentamente, y de la riqueza de sus volúmenes trazados de manera singular o de sus costuras invisibles, sellos indiscutibles de la obra de Balenciaga.
Cada uno de los 10 trajes que pueden disfrutarse en la exposición son originales, y más allá de reflejar los diferentes estilos y tendencias que creó el maestro Balenciaga, tienen una historia detrás, y están vinculados a mujeres de la alta sociedad del siglo XX.
En la presentación de la exposición, celebrada el viernes 27 de septiembre, participó Paloma Loewenthal y sus hijas Marisol y Macarena Lozano-Loza quienes viajaron expresamente desde Argentina para esta ocasión. Paloma Loewenthal lució uno de los trajes de la exposición durante su boda con Cesar Eduardo Lozano-Loza. Posteriormente lo donó al Museo Cristóbal Balenciaga. Se trata de un espectacular traje en raso marfil con abalorios en las mangas, cuello a la caja y manga francesa rematada con flecos de abalorios de cristal y seda. El enlace, celebrado en 1962, fue el primero que se hizo en Buenos Aires al estilo español. Los 700 invitados fueron agasajados con un cocktail y luego con una cena en el Hotel Plaza. Había una orquesta para ambientar, y un baile posterior.
Otra de las piezas emblemáticas, que puede disfrutarse en el altar del refectorio, es el traje de novia de Doña Sonsoles Díez de Rivera y de Icaza, hija de la Marquesa de Llanzol principal benefactora de Cristóbal Balenciaga y quien impulsó sus primeros pasos como modisto. Doña Sonsoles ha querido que su vestido de novia, una de las piezas de su colección custodiada, actualmente, por el museo de Getaria, se muestre en esta exposición por la singularidad del espacio, la Catedral de Pamplona. El traje, imagen oficial de la exposición, es un vestido de novia en shantung marfil con bordados de hilos de plata y lentejuelas nacaradas. Destaca, además, su escote barco, manga francesa y corte princesa con falda acampanada con cola de pavo real.
Artcoture: alta costura en espacios singulares
‘Balenciaga Inolvidable’ está comisariada por la pamplonesa Ana Fernández-Arbizu que, junto a Xabier González Salvatierra, María Tellechea Ruiz y Eneko De Miguel Bibiot del estudio Mimética, han creado Artcouture, un proyecto de exposiciones temporales de valiosas colecciones de alta costura ofrecidas en espacios singulares referentes del arte y la arquitectura, clásica y contemporánea. Para su primera exposición, Artcouture ha elegido el marco incomparable del Museo de la Catedral de Pamplona.
El proyecto tiene como objetivo principal, la transmisión y difusión de los valores del oficio de la alta costura, que es arte y artesanía al mismo tiempo, y que ensalza, la exquisitez, la delicadeza, la tradición, el compromiso y la perseverancia, pero, también, la innovación, la creatividad y la belleza. Así, Artcouture pretende mostrar, a las personas que visiten estas exposiciones, una influencia próspera para la sostenibilidad y la permanencia de la alta costura, frente a la incoherencia y lo efímero de la moda actual. Más allá de la posibilidad de disfrutar en Pamplona de la obra de un modisto que dejó una huella indeleble en la historia de la moda, “dar a conocer al creador, su técnica y una pequeña parte de su obra es un fascinante reto” afirma Ana Fernández-Arbizu.
Cristóbal Balenciaga, “el arquitecto de la alta costura”
Cristóbal Balenciaga Eizaguirre, nació en Getaria, Gipuzkoa, en 1895. De madre costurera, desde joven tuvo contacto con el mundo de la moda y de la alta sociedad. En 1907 se muda a San Sebastián para aprender el oficio de sastre, donde por contacto con el incipiente desarrollo turístico de la ciudad, recibe las influencias de la moda internacional.
Con tan solo 22 años, Balenciaga emprende su primer negocio de moda en la capital guipuzcoana, y en 1937 se traslada a París donde se consagra como uno de los diseñadores más influyentes de la historia. París le dota no solo del acceso a los más importantes proveedores de tejidos y a los mayores especialistas en los oficios relacionados con la alta costura, sino que le pone en contacto con una clientela cosmopolita de gran relevancia social, económica y cultural y en el punto de mira de los medios de comunicación internacionales.
El éxito le acompaña desde la presentación de su primera colección en 1937. Sus creaciones, basadas en la comodidad, la pureza de líneas, la reinterpretación de la tradición española y el desarrollo de volúmenes innovadores, marcarán la moda de las décadas centrales del siglo XX, hasta el año 68, cuando la alta costura empieza a perder peso en favor del prêt-à-porter, momento en el que Balenciaga decide retirarse.
Su precisión, manejo de la técnica y perfeccionismo le reportaron la admiración de sus colegas y contemporáneos como Christian Dior que lo denominaba “el maestro de todos nosotros”, Hubert de Givenchy que se refería a él como “el arquitecto de la alta costura” o Coco Chanel, que lo calificaba como “el único auténtico couturier”. Gran parte de su obra y su legado puede disfrutarse en el Museo Balenciaga de Getaria, centro en el que además se trabaja para investigar y documentar la extensa vida y carrera del modisto guipuzcoano.