El 57 Festival de Jazz de San Sebastián ha acuñado y publicitado una serie de edición limitada -57 copias-, en formato NFT (non-fungible token, o token no fungible), del cartel de esta edición del festival, realizado por Ane Pikaza y titulado Jazzaldiaren Besarkada. Estas copias han sido adquiridas a través de la página web del festival, desde donde los usuarios han podido realizar la solicitud, y obtener información sobre qué es y cómo funciona un NFT. Desde BASQUE LUXURY MAGAZINE nos hemos propuesto acercar esta nueva realidad a través de Bakarts, el marketplace de NFTs de arte con sede en San Sebastián. El CEO de la firma, Koldo García, ha respondido a nuestras preguntas.
Bakarts y el Festival de Jazz de San Sebastián han firmado un acuerdo de colaboración para la publicación de una serie limitada en formato NFT del cartel de esta edición del festival. Pero para que todos puedan entenderlo, ¿qué es un cartel en formato NFT?
Lo primero es deshacer algunos malentendidos que suele haber respecto a lo que se entiende por qué es un NFT. El cartel o cualquier otro tipo de contenido gráfico, de vídeo o de audio no es un NFT. El NFT es un certificado digital que representa un determinado activo que a su vez, puede ser digital o no, con sus características específicas, y que además garantiza o certifica su autoría y su propiedad. Pero no es el activo en sí. Por poner un ejemplo, es algo como la escritura de propiedad de una casa: la escritura no es la casa, pero sin la escritura no puedes demostrar que la casa es tuya ni, por lo tanto, venderla. Cuando vendes la casa, el nuevo comprador pasa a tener las escrituras de la misma. Pues un NFT es muy parecido. En este caso, y simplificando un poco el proceso, Jazzaldia ha hecho una edición limitada -57 copias- de una versión del cartel -el cartel original, sin añadidos, y a una resolución determinada- que están en formato JPG. Se han publicado esas copias a un marketplace de este tipo de contenidos, junto con el certificado de autoría/propiedad que ha generado para cada una de ellas el NFT, y que está vinculado indisolublemente a cada copia. Ese certificado digital, que ha sido transferido a quienes lo han solicitado, se genera utilizando tecnologías blockchain. Ahora cualquiera puede comprobar que Jazzaldia ha dejado de ser propietario de las 57 copias de esta edición, y que sus nuevos propietarios son ahora dichos solicitantes.
¿Cuáles son las características más importantes de los NFT? ¿Cómo se podrían explicar dichas características al ejemplo concreto del cartel del Jazzaldia?
Como decimos, los NFTs se basan en tecnologías blockchain, lo que les aporta varias ventajas. Por un lado, el certificado es infalsificable -explicar cómo la tecnología blockchain consigue eso, sería objeto de otra entrevista-. Otra ventaja es la trazabilidad, que permite comprobar todo el historial de transferencias que ha tenido ese activo: quién fue su autor, sus sucesivos propietarios… Además, incorporan un smart contract o contrato inteligente que permite, por ejemplo, establecer y garantizar de forma automática, el cobro de royalties por parte del artista, en cada nueva transacción secundaria -reventa de su obra- que se produzca. Los artistas hace tiempo que tienen derecho a esto, pero en la práctica, era muy difícil que pudieran ejecutarlo. Los NFTs permiten hacer esto de una manera automática y transparente. Por todo ello, los NFTs son una herramienta muy útil para certificar la autoría y propiedad de obras de arte; las digitales especialmente, pero tradicionales también.
¿Qué herramienta se emplea para la creación de un NFT?
Como decimos, se utilizan tecnologías blockchain. Hay múltiples plataformas ofreciendo opciones para hacerlo: OpenSea, Rarible, Nify Gateway… son solo algunas de las plataformas existentes para ello.
Una vez creado el formato, ¿dónde se almacena antes y después de ser adquirido por el comprador? ¿Qué tecnología emplea un NFT?
El NFT se guarda en la cartera digital del propietario. Cualquiera que acceda al blockchain puede ver el historial de transacciones y su actual propietario. Las plataformas suelen además ofrecer la opción de almacenar ese activo, ya sea la imagen, el vídeo… vinculado a dicho certificado. Desde otro ángulo, también van apareciendo soportes digitales: marcos, pantallas de TV… que permiten conectarse a la cartera del usuario y mostrar la obra u obras en un soporte acorde con su naturaleza digital.
¿Cómo se mide el valor que tiene un activo digital de estas características? ¿Quién determina el precio? ¿Puede variar con el tiempo el valor del producto?
Estos dos últimos años ha habido mucho ruido en relación con la venta de NFTs. Las principales noticias que hemos visto en los medios eran relacionadas con los precios estratosféricos alcanzados en algunas de estas ventas, en algunos casos consecuencia de la novedad del formato, de la expectación generada, y de la evolución típica en la aparición de este tipo de tecnologías. No todas las ventas han sido de esas características. Seguramente veamos que el mercado se regularizará progresivamente, y las valoraciones vendrán marcadas por el valor intrínseco de la obra de arte comercializada y no tanto por la novedad de la tecnología.
¿Qué sistema se emplea para la compra o adquisición de un NFT?
Como todo el sistema se basa en tecnologías blockchain, actualmente las transacciones se realizan en criptomonedas. Pero progresivamente iremos viendo soluciones que permitan la compra en moneda tradicional -fiat-, aunque haya procesos internos que se sigan realizando en criptomoneda. ¿Por qué? Por un doble objetivo: facilitar la compra a personas que no estén familiarizadas con el mundo cripto, y evitar las consecuencias negativas derivadas de la volatilidad de las criptomonedas.
Desde la visión artística, desde el punto de vista de la creación… ¿Quién puede crear estos activos digitales?
Esos activos los puede crear cualquiera. Otra cosa es que la creación tenga el atractivo suficiente, algo que dependerá de quién es el autor, su trayectoria, propuesta creativa… lo que determinará su recorrido a la hora de comercializarlo. Es muy típico oír aquello de ‘voy a crear un NFT con un dibujo de mi hijo, a ver si suena la flauta y doy un pelotazo…’. Quien vaya con esa idea, mejor que se vaya desanimando. Es cierto que, como hemos dicho, ha podido haber pelotazos en una primera fase, que responden más de la novedad que a otra cosa. Pero como en cualquier mercado, la clave está en ofrecer un contenido atractivo y de calidad, que pueda interesar o aportar valor a tu público.
En Bakarts ofrecen un lugar de encuentro para los creadores de estos activos, también asesoramiento y seguridad, ¿en qué consiste exactamente su tarea?
Como habréis visto, aunque hay muchas herramientas disponibles, es un espacio que requiere familiarizarse con muchos aspectos tecnológicos, y eso supone en muchas ocasiones una barrera de entrada para artistas y creadores que quieren explorarlo. Hay otros aspectos también muy importantes que, sin ser específicamente tecnológicos, hace falta controlar, como en materia de tributación por ejemplo. Nosotros les acompañamos en este proceso y nos encargamos de muchas de esas tareas para que puedan centrarse en lo suyo. También asesoramos y ayudamos a organizaciones culturales como museos, galerías o festivales a ver qué proyectos NFT les pueden aportar valor o cómo pueden realizar la venta de obras, la certificación de colecciones, fidelización… y a poner en marcha los proyectos. Por último, en nuestro propio marketplace ofrecemos una selección de obras y artistas, afines a nuestra visión y nuestro criterio, que facilitan al comprador el acceso a obras con un valor intrínseco.
En los últimos meses, varios artistas han visto cómo sus obras han sido digitalizadas y convertidas en NFT sin su consentimiento, ¿qué seguridad ofrece esta nueva realidad? ¿Existe un marco legal que regule estos activos?
Como en todo, lamentablemente siempre hay personas sin escrúpulos que buscan aprovecharse de terceros aprovechando los ángulos muertos, especialmente en espacios muy nuevos en construcción. Me viene ahora a la cabeza el caso de YouTube y las vulneraciones con contenido de terceros en sus orígenes. El espacio irá consolidándose y dejando cada vez menos huecos para que puedan darse esos casos. Las plataformas están siendo cada vez más receptivas y rápidas en la resolución de las reclamaciones de los usuarios que ven vulnerados sus derechos de autor. Y también veremos que progresivamente se irá definiendo un marco legal acorde con las necesidades de los actores que intervienen en este espacio.
En un futuro próximo, ¿de qué otra forma se podrán ver activos digitales como el cartel de Jazzaldia? ¿Es realmente esta tecnología el arte del futuro?
Los NFTs no son el arte del futuro. El arte o la creatividad seguirán expresándose en muchos formatos y soportes, más tradicionales o más novedosos. Pero los NFTs sí que suponen un avance importante en el consumo y disfrute futuro del arte, especialmente de aquel que se genera y expresa a través de medios digitales.