Entrevistamos a Jon Kortajarena durante el Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Ha venido a la ciudad a entregar el premio Lurra de Greenpeace, galardón que se ha llevado el documental Una verdad muy incómoda. Ahora o nunca.
Nacido en Bilbao, Kortajarena es uno de los modelos más reconocidos del mundo. Ha trabajado para Versace, Jean Paul Gaultier, Giorgio Armani, Calvin Klein, Karl Lagerfeld, Tom Ford, Dolce & Gabbana o Chanel. Ahora compagina las pasarelas con la interpretación, su verdadera pasión.
¿Cuál es su vinculación con Greenpeace?
Cuando conocí el trabajo de Greenpeace, me ofrecieron viajar con ellos al Pacífico Sur, a Vanuatu, y allí tuve una experiencia que me puso en contacto con los primeros efectos del cambio climático, con las primeras personas que se han convertido en refugiados climáticos. Cuando uno ve el drama que han empezado a vivir, y que esto es un problema global, hasta la gente más egoísta tiene que darse cuenta de que esto también les va a afectar a ellos y a las generaciones futuras. Vi la importancia y la gravedad que tiene todo esto, por eso decidí comprometerme con Greenpeace.
Los niños y la naturaleza son mi debilidad. Son los más vulnerables, y también los más poderosos; por ello hay que cuidarlos y respetarlos. Intento transmitir a la gente que me sigue, sobre todo a los más jóvenes, algunos valores y realidades. Luego ellos ya decidirán qué hacer, pero por lo menos que sepan que este problema existe, y que es su mundo el que está en peligro.
He decidido entregar el premio Lurra de Greenpeace, precisamente para dar visibilidad a mi experiencia en Vanuatu, y lo he podido hacer desde el cine, que es lo que más me gusta, porque creo que es un medio muy poderoso para transmitir mensajes, historias y realidades.
Tras su debut en Un Hombre Soltero en 2009, ahora ha vuelto a retomar su participación en otras películas. ¿En qué proyectos cinematográficos tiene previsto participar?
Desde adolescente he querido ser actor, y cuando hice esa película, me di cuenta de que mi vida tenía que ir en esa dirección, por lo feliz que me hizo esa experiencia. Pero a la gente no se la puede engañar. Por eso, para hacerlo bien, me fui a una escuela y me formé. La interpretación es un trabajo en el que siempre hay que ir formándose, pero cuando me sentí seguro de “mi actor”, es cuando decidí dar el paso de aceptar papeles y de empezar a involucrarme en proyectos que me apetecían. Hice Acantilado, con Helena Taberna; después vino la serie La Verdad; y Pieles de Eduardo Casanova. Tras esas experiencias salí con la sensación de que ya era actor, aunque sigo teniendo la necesidad y la curiosidad de seguir aprendiendo.
Después me llamaron para hacer una serie en EEUU, Quantico. Fue un gran reto para mí, porque era en inglés, y la dicción y el acento son muy importantes. Me pidieron estar dos o tres capítulos; cuando los terminé, me invitaron a quedarme toda la temporada. Estuve en Nueva York prácticamente seis meses, y me gustó mucho.
Un Hombre Soltero fue un trabajo que hice desde la intuición, y lo disfrute mucho. Pero me dije que si de verdad quiero darles profundidad a los personajes que voy a interpretar, y quiero hacer esto de forma respetuosa, honesta, y de la manera que me vaya a hacer feliz, debía ser con formación. Por eso me fui a Madrid, trabajé en el Centro del Actor, estuve haciendo seminarios durante varios años, participé en algunos cortos, y luego fui a Nueva York, a trabajar con Susan Batson. He ido haciendo pequeños cursos en un sitio y en otro.
Ahora mismo estoy al 100% con la interpretación, pero lo compagino con mis trabajos de modelo y contratos publicitarios, que también me ayudan a tener visibilidad. Escojo trabajos que me puedan interesar. Estoy en un momento como modelo en el que puedo permitirme el lujo de compaginar la moda con el cine.
¿En qué otros proyectos va a participar los próximos años?
Estoy muy ocupado con la moda, con el cine, con el aprendizaje, con Greenpeace, con Save the Children, y con un poco de vida personal.
En todos estos años como modelo, ¿cuál ha sido su mejor experiencia?
La experiencia de vivir la vida desde mi libertad. Con mis errores y mis aciertos. Pero siento que no mucha gente tiene la oportunidad de vivir su vida con libertad, y para mí ése ha sido uno de los mayores regalos. He podido viajar, disponer de libertad emocional. He conocido las luces y los focos de la moda, ahora estoy conociendo la profundidad y belleza de la interpretación. En unos años me gustaría conocer la paternidad. La vida son etapas y hay que ir disfrutando de lo que uno tiene. Acercarse a la felicidad es encontrar el balance entre el amor por uno mismo y el amor por los demás, y también la aceptación de las circunstancias, para sacarles el máximo provecho.
Desde Tom Ford a Madonna, usted se mueve en un círculo de personas muy reconocidas. ¿Cómo se siente siendo parte de ese segmento que tanta gente admira?
Me relaciono con Madonna y con Tom Ford, y es una maravilla poder hacerlo porque es gente muy especial, con muchas inquietudes, muy inteligente, con un concepto de la percepción difícil de satisfacer; cada uno en su campo. Pero la riqueza de mi vida es que puedo relacionarme con ellos, y también con la gente de mi barrio, con mis colegas del colegio de cuando era pequeño, o con alguien que pueda conocer en un aeropuerto. Me gusta mucho sorprenderme y me guío mucho por mi intuición.
He trabajado mucho tiempo con Tom Ford, he hecho 13 campañas con él, una película, perfumes y cosméticos; ése ha sido el vehículo para conocer a mi amigo Tom Ford. Es alguien que he conocido a través de su trabajo y su talento, me ha demostrado que es una persona excepcional, inteligente, divertida y muy consciente de sí mismo y del mundo. Y yo quiero tener a gente así cerca en mi vida.
Lo mismo ocurre con Madonna; es una revolucionaria, un icono. Todas estas personas que me pueden enriquecer son bienvenidas en mi vida.
La gente a veces no se da cuenta de que detrás de un rostro famoso hay mucho esfuerzo y muchísimo talento…
Hay muchos famosos que no tienen ningún talento. También hay mucha gente que tiene prejuicios, pero yo no soy un educador. Si hay gente que puede percibirlo, genial, y si hay quienes solo ve una cara bonita, pues también genial. No me preocupa en absoluto. Lo que intento es ser cada vez una persona más completa, más interesante y más formada. Esa es la gracia de la vida.
¿Es el mundo del glamur en el que vive tan glamuroso como parece?
Absolutamente, y puede ser muy divertido. Creo que la frivolidad en sus justas dosis puede ser sana, y viene bien a veces. Hay gente que se mueve en unos círculos de glamur, de elegancia, y es interesante mientras puedas disfrutar de ello, sin que se convierta en el mundo en el que quieras vivir.
¿Cuál es su percepción de la belleza?
La belleza está en muchas cosas. La libertad de expresar lo que a uno le parece bello y lo que no, eso es lo que importa. Es algo muy subjetivo. Hasta las cosas más horrorosas tienen su punto de encanto. La pregunta es qué tipo de belleza quiere uno para su vida.
¿Cuál es su vinculación actual con el País Vasco? ¿Valora volver a vivir de nuevo aquí?
Por supuesto que quiero volver a vivir en el País Vasco. Ahora estoy viviendo en Londres, y antes estuve en Nueva York. Vivir fuera de mi tierra es una inversión para mi carrera, única y exclusivamente. Mi corazón está en mi tierra y en mi gente. Cuando viajo siempre hay algo en mi subconsciente que está en alerta. Cuando llego a mi casa, aunque solo sea para un fin de semana, siento que ese piloto de alerta se desactiva. Todo vuelve a estar en la zona de confort.
Usted es uno de los embajadores más reconocidos del País Vasco ¿Cómo se ve el País Vasco en el extranjero?
Es un sitio muy respetado. Nuestra cultura se conoce más de lo que yo pensaba en un principio. La gente sabe que tenemos un idioma propio que no viene del latín, que es mucho más antiguo; y eso produce mucha curiosidad. No es un tema político, sino un tema cultural. Creo que el Guggenheim ha sido una puerta al mundo muy importante. Poner a Bilbao en el circuito internacional de los museos más relevantes del mundo ha hecho que las cualidades de la ciudad y del entorno tengan una mayor visibilidad.
¿Qué es el lujo para usted?
Estar a gusto con uno mismo y con sus circunstancias.
Usted es imagen de muchas marcas de lujo. ¿Cuál es para usted el lujo del País Vasco?
Creo que se ha invertido bien en sanidad, en arquitectura, en una buena planificación de ciudad, en seguridad social, y en escuelas públicas. La educación es un pilar fundamental para cualquier cultura. Tenemos la suerte de vivir en una región bella, con unas comodidades que permiten tener una calidad de vida muy buena.
¿Cuáles son las metas de una persona que ha alcanzado sus sueños?
He alcanzado algunos de mis sueños, pero quedan otros por cumplir, como contar historias maravillosas, hacer algunas películas de las que me sienta orgulloso, además me gustaría ser padre y dar la vuelta al mundo.
Según vamos creciendo, vamos teniendo nuevos objetivos. La vida es cuestión de sueños.