Jordi Labanda es uno de los ilustradores más reconocidos del mundo, y autor del cartel de la película ‘Rifkin’s Festival’, rodada en el País Vasco. Los ambientes glamurosos a los que nos trasladan sus ilustraciones, transmiten el espíritu alegre y festivo que nos gustaría recuperar en 2021.
Con motivo de su visita al Festival de Cine de San Sebastián, para asistir al estreno mundial de la película de Woody Allen, le entrevistamos con el objetivo de conocer a la persona que da vida a los personajes ilustrados más elegantes.
¿Cómo surgió la oportunidad de realizar el cartel de la película ‘Rifkin’s Festival’ y cómo se desarrolló el proceso creativo?
La propuesta de hacer el cartel vino de la productora de la película, Mediapro. Se les ocurrió que sería una buena idea hacer un cartel ilustrado para ‘Rifkin’s Festival’, para diferenciarla del resto de películas de Woody Allen, y también porque hoy en día la ilustración está un poco abandonada en el mundo del cartelismo. Le propusieron la idea a Woody Allen antes de decírmelo a mí. A él le encantó, así que contactaron conmigo, y les dije que sí.
El proceso creativo fue sencillo y rápido. Woody Allen tenía claro lo que quería: los cuatro personajes principales, en una atmósfera de festival de cine; ésa fue la directriz. Tras ver la película, elaboré un par de bocetos: uno con el grupo y el hotel María Cristina, y otro con los cuatro personajes con el fondo de La Concha. El director prefirió el del María Cristina, porque reflejaba mejor el espíritu de la película. A partir de ese momento me puse a dibujar.
Todos han quedado encantados con el resultado, incluido Woody Allen. Hoy en día, casi todos los carteles de cine son parecidos, y yo creo que éste llama la atención, y ésa es la misión de un cartel.
Ésta no es la primera vez que retrata una escena del País Vasco. ¿Qué es lo que le atrae de esta región?
Estoy muy unido al País Vasco, de hecho, la familia de mi padre es del País Vasco. Desde pequeño he tenido mucha relación con esta región, así que para mí es algo muy próximo.
Los ambientes festivos y glamurosos son una constante en sus proyectos. ¿Tras un año 2020 más bien triste, cree que en 2021 volveremos a vivir escenas animadas como las de sus personajes?
Creo que al mundo le va a costar un poco arrancar todavía. Hay que pensar siempre en positivo, y hay que ser optimista, pero no sé si para 2021 la gente estará para muchas fiestas.
Sin embargo, lo que no podemos hacer ante una situación tan grave como ésta, es dejarnos vencer por la tristeza y por la energía baja. Las fiestas volverán -las tenemos que montar nosotros-, y lo que debemos lograr es que la situación que nos rodea, no nos entristezca tanto como para que nos quite las ganas de pasarlo bien.
Sus obras han sido expuestas en museos y galerías de Japón, Francia, España, Italia, Argentina y México. ¿Qué papel le corresponde en el mundo del arte a la ilustración?
La ilustración es considerada un arte menor, a pesar de que se le da cada vez más importancia. En cambio, el ARTE con mayúsculas, no lo encarga nadie, es algo que el artista saca de dentro, porque tiene un mensaje que quiere comunicar.
En la ilustración ocurre lo contrario: el cliente llama y encarga un trabajo; es arte comercial. Nunca he tenido un sentimiento de inferioridad por dedicarme a la ilustración, porque con este trabajo se pueden conseguir cosas bastante elevadas. Para mí no es un arte menor.
Usted ha diseñado numerosos productos –un coche, prendas de vestir, velas…- para marcas reconocidas. ¿Cuál fue su implicación en el desarrollo creativo de estos productos?
Fue una implicación bastante profunda; de hecho, a mí me gusta involucrarme mucho en todo lo que hago. Cuando una marca se pone en contacto conmigo para hacer una línea de producto, intento estar encima lo máximo posible, porque la experiencia me ha demostrado que cuanto más encima esté de las cosas, más magia pueden tener.
¿Cuál es su método de trabajo a la hora de abordar el encargo de una ilustración? ¿Y de una animación?
Son procesos de trabajo distintos. Cuando una ilustración va a aparecer en una revista o sobre un producto, es más sencillo: hago primero un boceto, y lo enseño.
Para una animación el proceso es mucho más laborioso: hay que hacer bocetos de cada escena, y bocetos de cómo se ven los personajes de cara, de perfil y de espalda.
La ilustración ha acompañado a la prensa, en mayor o menor medida, durante toda su historia, y usted ha colaborado con las publicaciones más importantes del mundo, como Vogue, Wallpaper, The NY Times Sunday Magazine o The Daily Thelegraph. ¿Qué rol debería jugar la ilustración en un soporte dominado en gran medida por la palabra escrita y la fotografía?
La ilustración es un protagonista más de la prensa, y puede funcionar como un factor equilibrador entre la palabra escrita y la fotografía. Para mí, cuanta más ilustración haya en la prensa, mejor; y creo que el lector suele agradecer la aparición de páginas ilustradas.
Como en las viñetas de los periódicos, en algunos de sus trabajos utiliza la ironía para mostrar situaciones cotidianas, muchas relacionadas con la incidencia de las nuevas tecnologías en la vida en pareja. ¿Qué reflexión le merece la presencia cada vez más arraigada de las nuevas tecnologías en nuestras vidas?
A pesar de ser una persona optimista, me da bastante miedo la tecnología, porque considero que nos está deshumanizando; nos proporciona una falsa sensación de facilidad y comodidad, mientras nos aparta de la realidad y nos mete dentro de una pantalla.
Las redes sociales, que por un lado son un elemento muy útil para transmitir información y para que la gente esté conectada, son por otro lado una herramienta bastante peligrosa que fomenta sentimientos de inferioridad y otros elementos negativos que hacen que la gente se sienta prisionera de ellas. A día de hoy todavía no tenemos la suficiente perspectiva para juzgar qué está haciendo la tecnología con nosotros.
Soy una persona bastante analógica, porque todavía sigo pintando a mano, no tengo un smartphone, tengo un Nokia, envío sms… Y a la tecnología la miro de reojo, con cara de pocos amigos.
Louis Vuitton, Tommy Hilfiger y Moncler son algunas de las firmas de moda que han apostado por sus ilustraciones como enlace entre el consumidor y la marca. ¿Cuál es el poder seductor de sus trazos?
El poder de la comunicación: la ilustración tiene que comunicar una idea. Mi trabajo tiene la capacidad de enviar el mensaje que quiere el cliente, de manera directa y elegante, con ese toque moderno y chic que buscan las marcas. Mucha gente se puede identificar con lo que yo dibujo, y la identificación es algo valioso.
¿Qué es el lujo para usted?
Después de haber reflexionado muchísimo sobre este tema, porque en mi trabajo se habla constantemente sobre el lujo, he llegado a la conclusión de que el lujo es tener tiempo para poder disfrutarlo como a cada uno le apetezca. Tiempo y espacio.
No soy muy partidario del derroche de dinero, porque durante toda mi vida he podido estar en contacto con gente que tiene mucho dinero y que consume lujo, y no son nada felices. Así que para mí lo importante es tener tiempo y saber saborear aquello que se tiene, y considerar cualquier experiencia que se esté viviendo como un lujo.