Nos reunimos en Bilbao con Aitor Ocio cuando se cumple una década desde su retirada del deporte de élite, para conocer de cerca los proyectos en los que está involucrado en estos momentos. Este empresario y padre de familia dirige varios negocios de éxito -como la clínica wellness Henao-, está a punto de abrir su nuevo spa-museo S’Thai, y representa como embajador a prestigiosas marcas como BMW o Tag Heuer.
Se cumplen ahora diez años desde su retirada como futbolista. ¿A día de hoy sigue pensando que fue el momento idóneo para cerrar aquella etapa?
Sí. Fue una decisión totalmente convencido. Decisión consensuada y premeditada. Yo finalizaba contrato en ese momento y tenía una circunstancia personal y familiar muy concreta, y pesó mucho más priorizar eso, que seguir estirando mi carrera como futbolista.
¿Es cierto que abrió su primer negocio el mismo día que anunciaba su retirada?
Sí. Se dio la paradoja de que yo anunciaba mi retirada del futbol en San Mamés y, esa misma tarde, inaugurábamos la clínica Henao.
Actualmente, ¿qué modelos de negocio tiene en marcha?
Por ir en orden cronológico, cuando todavía estaba en activo me inicié como inversor del Grupo Promotor Abu. Hasta que no me retiré, no tenía más aportación que la de ser mero inversor. Una vez finaliza la etapa como futbolista, y empezar a disponer de más tiempo, tuve más implicación en esa compañía.
Aquí, en ámbito local, en 2012 inauguré Henao, una clínica de medicina estética. La razón por la que abrí esta clínica es porque años atrás, cuando pensaba en mi posible retirada, la cual calculaba que sería para 2009-2010, estábamos inmersos en la crisis de 2008, y al leer sobre economía y negocios en general, constantemente veía que había dos sectores que podían aguantar esa crisis: los relacionados con la estética y la reproducción.
De hecho, mi primer proyecto estando en Sevilla, y antes de firmar mi último contrato aquí, era una clínica de reproducción. Hoy se ha visto que después de muchos años hay numerosos centros de estas características.
La estética era otro de los posibles negocios, y ahí decidí que iba a poner parte de las inversiones. Como no tenía ni antecedentes, ni conocimiento, ni formación en el sector, tenía la sensación de que los siguientes años no podría aportar al negocio mucho más. Entonces empecé a pensar cómo podría hacerlo.
Como vengo del deporte, y soy un convencido de los beneficios que aportan los buenos hábitos como la alimentación o el cuidado personal, empecé a trabajar y a orientar mi modelo de negocio a lo que es actualmente una clínica wellness, ofreciendo así a los clientes la belleza desde la salud.
Porque para mí lo importante es cómo uno se siente a nivel energético, anímico y emocional. Eso me parece lo importante. También a nivel de salud, claro. Estar sano va a hacer que nuestra piel brille más, que nuestro pelo brille más… y esa es mi misión con todo esto.
¿Qué es lo que más le motiva de su faceta como empresario? ¿Es como lo esperaba?
Sí. Honestamente diré que llevo diez años y se me ha pasado el tiempo muy rápido. Cada semana es apasionante. Cada lunes vengo con mucha energía. Había estado muchos años como futbolista y todo giraba en torno al fútbol… y ahora no quería que todo girara en torno a un único modelo de negocio. No quería estar 365 días pensando en lo mismo, para no caer precisamente en esa desilusión y desmotivación.
Cada día abordo gestiones de las distintas empresas. Es algo que me gusta. Son sectores relacionados, pero distintos; lo que me permite un aprendizaje, desarrollo y crecimiento personal. También la gestión de los equipos de trabajo, algo que no es sencillo. Los empresarios te dirán que es lo más difícil. Pero ese precisamente es el reto, y yo lo disfruto.
Primero fue la crisis económica, luego la pandemia, ahora la guerra… ¿Cómo valora el panorama internacional que nos está tocando vivir?
Todos los agentes externos nos demuestran que tenemos muy poca capacidad de influencia o que tenemos mucha menos de la que podíamos creer. Y que lo que hoy parece una cosa, puede cambiar de forma repentina. El empresario lo que debe hacer es leer, interpretar y adaptarse a esas situaciones. Tomar decisiones. Ahí está el riesgo. Si todo fuera lineal sería más sencillo… Aunque en situaciones de dificultad surgen las oportunidades.
La pandemia la viví muy triste por todo lo que nos tocó a nivel social, económico y sanitario… Yo decidí centrarme en mi familia y mi trabajo. Puse el foco en eso, y los fines de semana me dedicaba a descansar, para volver el lunes con mucha energía al trabajo. Han sido años productivos, años donde he tomado decisiones para crecer y ampliar mis negocios. Creo que las situaciones complejas requieren de más esfuerzo de lo que pueden requerir las situaciones favorables.
También tenemos que hablar de su faceta como hombre de marca…
Siempre lo he entendido como algo que complementa, teniendo clara mi prioridad. Primero como futbolista; a partir de los treinta años como padre y profesional; ahora como padre y empresario… a partir de eso, hay momentos que se pueden complementar para hacer cosas de este tipo.
Nunca ha sido mi medio de trabajo, ni fuente de ingresos principal… pero según ha llegado, lo he ido gestionado, y parece que correctamente. Porque después de muchos años parece que hay interés por parte de las marcas. Probablemente verán en mí una persona para proyectar esos valores de marca, como deportista, empresario, padre de familia… Son muchos años con algunas marcas, pero teniendo claro que mi día a día está aquí. Teniendo mi familia, mis empresas… nunca me lo he tomado como una parte importante de mi vida.
No sé si la palabra es hobby. Eran marcas que me aportaban. No eran razones económicas las que me movían. Es un prestigio representar a ciertas marcas y sus valores, pero siempre con marcas con las que me identifico. Nunca prestaría mi imagen si no compartiera valores, aunque la propuesta económica fuera muy alta. De hecho, ha habido ocasiones en las que he rechazado propuestas.
Si hablamos de futuro… ¿por dónde pasan los proyectos profesionales? ¿Algo que podamos saber?
Es cierto que hay algunos que pronto van a ver la luz, y llevo años trabajando en ellos. Con 45 años me siento con ganas y energía para seguir creando y dando forma a ideas. Haciendo crecer algunos proyectos actuales. En algún momento pararé, pero tengo un espíritu emprendedor que me cuesta domar.
Su vida y base de operaciones se ubica en Bilbao… ¿qué le parece el País Vasco como forma de vida? ¿Qué le diría a alguien que no conoce el territorio?
A alguien que no conoce Euskadi le diría que se está perdiendo algo muy especial, y que venga cuanto antes a disfrutar. Encuentro aquí ese equilibro a nivel personal, empresarial… me parece que es un lugar donde he podido desarrollar y dar forma a mis ideas. He sentido respeto y cariño de las personas. En líneas generales la categoría de las personas aquí es elevada, si hablamos de educación, de limpieza, de conversación… cosas que puedo valorar. Puedo echar en falta algún día más de sol en verano. Pero entiendo que forma parte de nuestra cultura, del lugar que ocupamos geográficamente… y nos permite tener estos maravillosos paisajes. Así que no tengo nada que objetar.
¿Qué es para Aitor Ocio el lujo?
El lujo para mí es poder decidir en todo momento dónde y con quién estar.