Que una empresa familiar perdure generación tras generación no es tarea fácil, y aún más difícil es que la pasión de una familia por su negocio alcance los 125 años de historia. Este es el caso de Echaurren, un hotel con cuatro restaurantes -Echaurren Tradición, El Portal, el bistró El Cuartito y el bar de tapas del Salón de la Chimenea- adscrito al club de calidad Relais & Châteaux.
Situado en el hermoso pueblo de Ezcaray, Echaurren ofrece una experiencia única que combina el lujo rural y la alta gastronomía en una casa centenaria totalmente rehabilitada por el estudio de arquitectura Picado de Blas de Madrid, quienes han sabido trasformar esta antigua casa de postas en un precioso y acogedor hotel. Los arquitectos han hecho una lectura contemporánea y respetuosa de toda la historia que atesora la casa y de su entorno privilegiado. La rehabilitación está llena de guiños actuales y modernos a todo el legado recibido a través de los materiales, las telas, el mobiliario y los espacios abiertos al exterior (una preciosa plaza que acoge la imponente iglesia-fortaleza gótica construida entre los siglos XII y XIV).
A finales del siglo XIX Ezcaray crecía al ritmo que lo hacían negocios como la minería y la madera. En el centro de esta próspera villa, el “tío Pedrito” y la “tía Andrea” (como los llaman con cariño en Echaurren) decidieron abrir una fonda en la primera planta del edificio donde gestionaban un despacho de diligencias y un mesón. Con la fonda Echaurren dio comienzo una tradición gastronómica y hotelera que ha perdurado hasta el día de hoy a lo largo de seis generaciones.
Cristina, la sobrina de los fundadores, cogió el testigo en la cocina de Echaurren en 1925. El restaurante ya había adquirido gran prestigio, aunque los años de la posguerra fueron complicados. Cristina vendió el negocio a su hermana Julia. Junto con su marido Luis, regentaron el restaurante hasta 1957. Los veranos, aún sin turistas, y los largos inviernos de Ezcaray, eran aliviados por los dulces que elaboraba Julia en los soportales del edificio. En esa confitería jugaba a ser cocinera la hija pequeña del matrimonio, Marisa.
Con todo lo que aprendió de su tía abuela Andrea, de su tía Cristina y de su madre Julia, Marisa Sánchez tomó las riendas de Echaurren con tan solo 18 años. Su marido Félix Paniego se hizo cargo de la bodega y de las cuentas del negocio. El buen hacer de Marisa en la cocina fue reconocido en 1987 con el Premio Nacional de Gastronomía a Mejor Jefa de Cocina. Sus croquetas, sus patitas de cordero o sus patatas a la riojana, marcaron a toda una época, y consiguieron que el nombre de Echaurren y de Ezcaray sonaran por todo el país.
A finales de los años 80 Marisa y Félix se armaron de valor para reformar completamente las instalaciones, que fueron inauguradas en 1989. Fue entonces cuando sus hijos dieron un paso al frente para sacar Echaurren adelante. Poco a poco, siempre con gran respeto a la historia, comenzaron a introducir platos e ideas de corte más moderno.
La apertura en 2002 del restaurante El Portal de Echaurren marcó el inicio de una nueva etapa. La revolución gastronómica que supuso la propuesta creativa del chef Francis Paniego fue reconocida en 2004 con una estrella Michelin, la primera en la historia de La Rioja, y en 2013, con una segunda estrella Michelin.
En 2011, Francis Paniego fue galardonado con el Premio Nacional de Gastronomía al Mejor Jefe de Cocina, y en 2018 Chefe Paniego, sumiller y jefe de sala de Echaurren, recibió el Premio Nacional de Gastronomía al Mejor Jefe de Sala. Al lograr tres Premios Nacionales, Echaurren ha alcanzado un hito que muy pocas sagas gastronómicas han logrado en nuestro país.
Echaurren
Padre José García 19, Ezcaray.
Tel.: +34 941 354 047