Hay pocas regiones vitivinícolas en el mundo donde los visitantes tienen la oportunidad de conocer tan de cerca el proceso de elaboración del vino como en Rioja Alavesa. Nos adentramos en una de las bodegas más reconocidas para comprender cada fase del trabajo que realizan, del viñedo a la copa. Formada por una manzana de edificios, antiguos caserones del pueblo, Remírez de Ganuza está ubicada en el centro de Samaniego. En torno a un gran patio central atravesado por un canal natural de agua, cada uno de los edificios que estructuran la bodega está dedicada a una fase de la producción del vino, como la zona de barricas, los botelleros, las cámaras de frío o el área de selección. Su arquitectura tradicional, en la que destaca la cubierta interior formada por vigas de roble centenarias, contrasta con uno de los métodos de elaboración más vanguardistas e innovadores del momento.
Remírez de Ganuza cuenta con más de setenta hectáreas de viñedo de tempranillo, graciano, viura y malvasía, repartidas en ocho localidades de la Sierra de Cantabria: Labastida, San Vicente de la Sonsierra, Ábalos, Samaniego, Leza, Elciego, Laguardia y Elvillar. En todas ellas se ha tenido en cuenta para su selección, el hábitat, el microclima, la orientación de las parcelas, la baja productividad de las cepas y la edad del viñedo, de una media de cincuenta años. Esta amplia superficie de terreno permite el autoabastecimiento de uva de máxima calidad.
El primer paso del proceso comienza precisamente en el viñedo, con la entresaca, que consiste en quitar aquellos racimos y hojas que forman grupos muy compactos, para que los racimos que queden estén sueltos. De esta manera se consigue una mejor exposición al aire, así como una producción equilibrada en cada cepa. Durante la vendimia se produce la primera selección de la uva. Sólo aquéllos que reúnen la máxima calidad (uvas maduras y sanas provenientes de cepas en perfectas condiciones foliares) se destinan a la elaboración de vinos, desechándose el resto de la cosecha.
La uva se recoge manualmente en cajas de doce kilos; así se asegura su perfecto estado durante el traslado a la bodega. Una vez allí, se almacena en cámaras frigoríficas a una temperatura de entre 4 y 6 grados. La uva escogida pasa por una mesa de selección compuesta por diferentes bandas. Primero se separan los granos sueltos y el mosto de los racimos óptimos, y se controla el estado sanitario de la uva. Posteriormente, los racimos ya seleccionados se dividen manualmente en dos: hombros (la parte superior) y puntas (la parte inferior). Debido al grado de madurez de cada una de estas partes, los hombros se destinan a los reservas, mientras que las puntas se utilizan para los vinos jóvenes de maceración carbónica. Finalmente, los granos de uva despalillados son lavados con su propio mosto antes de llegar a los depósitos.
La elaboración propiamente dicha se realiza en pequeños depósitos troncocónicos de acero inoxidable especialmente diseñados para la bodega y en otros de diferentes capacidades para pequeñas elaboraciones, donde tiene lugar la fermentación alcohólica. Posteriormente, el vino pasa a barricas de roble, siempre nuevas, para hacer la fermentación maloláctica. Para aprovechar la incidencia de la temperatura exterior, utilizan como zona de fermentación maloláctica el área más elevada de la bodega.
El resultado de este meticuloso proceso de elaboración son estos nueve vinos de excelente calidad: Erre Punto Tinto 2018, Fincas de Ganuza Reserva 2013, Viña Coqueta Reserva 2009, Reserva 2012, Trasnocho 2013, Gran Reserva 2010, María Remírez de Ganuza Reserva Especial 2010, Blanco 2017 y Blanco Reserva 2011. Quien quiera descubrir por vez primera las creaciones de esta bodega, puede iniciarse con Remírez de Ganuza Reserva 2012, su buque insignia, elaborado a partir de los hombros de los mejores racimos, de aquéllos provenientes de viñedos de una edad media de 60 años. De color cereza brillante, este reserva tiene un aroma intenso, penetrante y complejo, con notas a fruta negra madura con un fondo de especias dulces, balsámicos y ahumados. En boca se presenta potente, sabroso y carnoso, con una entrada suave de tacto aterciopelado y un buen equilibrio entre fruta y crianza. Cada sorbo de este delicioso vino es un auténtico viaje sensorial a esta bucólica región vitivinícola.
Remírez de Ganuza
Calle Constitución 1, Samaniego.
Tel.: +34 945 609 022