La forma más sencilla de desplazarse por el País Vasco y sacar el máximo provecho al tiempo, es viajando en coche. Con el objetivo de ayudar a los excursionistas que se desplazan en su propio vehículo a organizar su viaje nació The Basque Route, una ruta que engloba los mejores destinos a visitar, dividida en ocho tramos. Una de las excursiones más apetecibles de esas ocho propuestas, es la que bordea la costa de Bizkaia, comenzando en Bilbao y finalizando en Lekeitio. A continuación les desgranamos este trayecto que pasa por playas, islas, acantilados salvajes e idílicos pueblos pesqueros.
Ahí está, lo tienen delante: el museo Guggenheim, el corazón del nuevo Bilbao, que comenzó a latir hace más de veinte años. Donde ahora ven jardines, hoteles y rascacielos, antes hubo almacenes, astilleros y muelles de carga. Comprenderán mejor esta historia cuando cojan la carretera BI-711 y pongan rumbo al norte, siempre con la ría del Nervión a la izquierda. Pocos kilómetros después aparecerá el gigante de hierro: el Puente Bizkaia, que desde hace más de cien años une Portugalete con Getxo.
El viaje en coche sigue por la BI-634 hasta enlazar, en Sopela, con la BI-2122, una carretera muy agradable de curvas suaves. Las playas de Arriatera y Atxabiribil, que pertenecen a Sopela, registran, gracias al surf, actividad durante todo el año. Si buscan espacios más íntimos y especiales, en el vecino pueblo de Barrika hay dos pequeñas playas en las que se puede practicar nudismo, la de Meñakoz -de arena y piedra- y la de Muriola, muy coqueta y protegida, casi oculta y orientada hacia el sol del amanecer. Desde la playa de Muriola llegarán en un suspiro a Plentzia, un pueblo de historia marinera y de aspecto peculiar, debido a los meandros que describe la ría de Butrón en su desembocadura.
Junto a Plentzia está Gorliz, tan cerca que comparten la misma bahía. Tomen la BI-3151 hacia Bakio y, al poco de pasar el mojón del kilómetro 41, estén atentos al descampado acondicionado con bancos que se abre a su izquierda. Aparquen, busquen un claro entre los árboles y, voilà, ante ustedes aparecerá la costa oriental vizcaína, San Juan de Gaztelugatxe (donde se rodó la serie ‘Juego de Tronos’) y su inseparable islote, Aketxe.
A medida que se acerquen a Bakio percibirán que el paisaje cambia. Los pinos y los eucaliptos dejan de reinar, aparecen de nuevo los prados y, junto a estos, un cultivo que no esperaban encontrar en esta parte del País Vasco: viñedos, muchos viñedos, en pequeñas parcelas, en terrazas en pendiente o allá donde lo permita la complicada orografía. Son las viñas del famoso txakoli.
Si quieren pisar la porción de tierra más al norte del País Vasco, tomen el desvío que les lleva hasta el faro de Matxitxako. Después desciendan a Bermeo, otra villa de fuerte tradición pesquera, como lo prueba su escudo presidido por una ballena. La BI-2235 les dejará en la localidad vecina, Mundaka, una villa pequeña y acogedora, que es también un destino deseadísimo por los amantes del surf de todo el planeta.
La siguiente parada es Urdaibai, declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco y formada por el magnífico estuario de la ría de Mundaka, los montes aledaños y, mar adentro, la isla de Izaro. La carretera BI-2235 les llevará a Gernika, un lugar histórico del que habrán oído hablar por el bombardeo y el cuadro de Picasso. Apenas hay huellas del pasado porque dos tercios de las construcciones desaparecieron tras el ataque de 1937; pero uno de los edificios que quedó intacto es la Casa de Juntas y, a su lado, el famoso Árbol de Gernika, símbolo de las libertades y los fueros vascos.
Vuelvan hacia el norte, háganlo a través de la carretera BI-2238 y enlacen, a su derecha, con la BI-4244 justo antes de llegar a Kortezubi. Van directos hacia un paraje mágico: la cueva de Santimamiñe, una de las catedrales de la prehistoria vasca.
De nuevo en la BI-2238, junto a la ría de Urdaibai, prosigan hacia la isla de Izaro y cuando lleguen a Gautegiz Arteaga, sigan por la BI-3234 hasta llegar a Elantxobe, un pueblo cuyas casas trepan a duras penas por las laderas de Ogoño.
También será la BI-2238 la carretera que les conducirá hasta Lekeitio, un pueblo pesquero a cuya imponente isla, San Nicolás, se puede acceder caminando cuando baja la marea. El faro de Santa Catalina -el primer faro visitable del País Vasco-, las playas, el jolgorio del puerto y el descomunal retablo gótico de su basílica, hacen de Lekeitio una villa a la que merece dedicarle, al menos, un par de días.
The Basque Route