Este artículo es una propuesta de ruta para descubrir los paisajes más atractivos de Euskadi. La ruta está pensada para que la persona viajera pueda disfrutar de la completa oferta que ofrece el territorio desde la libertad de utilizar su propio vehículo o en transporte público. Descubrir ciudades cosmopolitas, pueblos pesqueros o medievales. Arrancar el viaje con el olor del mar o viendo cómo se difumina la niebla mañanera sobre un valle rodeado de montañas. Saborear la reconocida gastronomía de Euskadi en un restaurante de un puerto pesquero o ver desde la terraza de una habitación de hotel cómo cae el sol en una colina de viñedos. Para realizar el viaje de manera más sostenible, las etapas están además preparadas al completo para ser disfrutadas en moto o coche eléctricos. La ruta se divide en tres tramos, que van de Lekeitio a Zarautz, de Vitoria-Gasteiz a Laguardia, y de Orduña a Bilbao, recorriendo los tres territorios históricos.
Lekeitio – Zarautz
Lekeitio hay que descubrirlo desde el faro de Santa Catalina y pasearlo por sus callejones con las coloridas casas de pescadores. Seguimos la BI-3438 por un litoral salvaje hasta llegar a Ondarroa. Con un casco antiguo protegido por la monumental iglesia de Santa María y por el puerto, Ondarroa posee una curiosidad de la ingeniería: el puente giratorio de Alfonso XIII.
Por la GI-638 llegaremos, ya en Gipuzkoa, a Mutriku, que durante siglos vivió de la caza de la ballena; el casco antiguo es medieval y con continuas subidas y bajadas. Por la GI-638, hacia el este, cruzaremos el río Deba y enlazaremos con la N-634. Siguiendo hasta su desembocadura llegaremos a Deba, pueblo que tuvo una gran importancia en el comercio con Europa. La iglesia de Santa María posee un pórtico policromado y, en su interior, un claustro gótico, el primero que se hizo en Gipuzkoa.
Retomamos la N-634 hacia San Sebastián para llegar al barrio rural de Itziar y visitar su santuario gótico. Por el sur, la GI-3210 nos conduce al valle de Lastur, un paraje secreto en el que se cría (y torea) una raza autóctona de toros, los ‘betizus’. Tras superar la cantera de Lastur y el alto de Azkarate enlazamos con la GI-2634 hasta Azkoitia, pintoresca villa señorial. De camino a Azpeitia, visitaremos la ermita de San Martín, aupada en un cerro con vistas a la peña de Izarraitz. En Azpeitia, además de la basílica dedicada a San Ignacio de Loiola podemos visitar el interesante Museo Vasco del Ferrocarril. Siguiendo el río Urola llegaremos a Zestoa, una localidad ligada al turismo termal. La cueva visitable de Ekainberri (la reproducción de la de Ekain) está considerada un santuario europeo de arte rupestre con figuras de animales que destilan realismo. En Zumaia llegamos de nuevo al mar con un paisaje único reconocido como Geoparque de la Costa Vasca. En el Centro de Interpretación Algorri nos lo contarán todo sobre el fenómeno geológico, pero para vivirlo hay que caminarlo.
La N-634 discurre muy cerca del mar, tan cerca que cuando hay marejada, las olas llegan a acariciarla. Getaria es famosa por sus asadores de pescado. Zarautz no presume de puerto, pero sí de playa y en sus olas los surfistas practican su gran pasión. Un animado paseo marítimo, un puñado de palacetes, el museo de fotografía y las dunas de Iñurritza, declaradas biotopo protegido, completan su oferta.
Vitoria-Gasteiz – Laguardia
Hace años, Vitoria-Gasteiz apostó por un futuro green, por las calles peatonales, los carriles bici y los parques urbanos. Apostó, ganó y consiguió convertirse en una ciudad con una calidad de vida envidiable y un tamaño ideal para ser descubierta a pie o en bicicleta. La catedral medieval de Santa María es su monumento más emblemático. Está situada en el corazón de su casco antiguo, a pocos pasos de la famosa plaza de la Virgen Blanca o el museo Artium.
Salimos de Vitoria-Gasteiz por la carretera N-104 hasta pasar Ilarratza y tomar el desvío de la A-3110. Conducimos por carreteras paralelas al Camino de Santiago con numerosos monumentos ligados a esta vía milenaria como el Santuario románico de Nuestra Señora de Estíbaliz y, junto a este, el Centro de Interpretación del Románico en Álava. En Elburgo nos sorprenderá la ermita románica de San Juan de Arrarain y en Alegría-Dulantzi, la espigada torre de su iglesia. Al superar Adana y Guereñu conectaremos con la A-4140 que, en segundos, nos dejará a las puertas de Alaitza. Su iglesia de La Asunción guarda uno de los escasos ejemplos de frescos góticos vascos. En la cercana Gazeo se repite la historia del templo medieval con llamativos frescos góticos, esta vez con escenas bíblicas.
Agurain/Salvatierra es el pueblo más monumental de la Llanada Alavesa y el que mejor conserva los restos del recinto amurallado que lo protegió. Sobre el mapa, la forma de Agurain/Salvatierra recuerda a la de Vitoria-Gasteiz: una almendra medieval con solo tres calles paralelas y numerosas casas señoriales blasonadas. En sus extremos guarda dos iglesias con aspecto de fortaleza: la de Santa María y la de San Juan, ambas integradas en la antigua muralla.
Por la A-2128, en dirección a Opakua y luego por la A-4112 en dirección a Arriza llegaremos al dolmen de Sorginetxe, uno de los grandes monumentos megalíticos de Euskadi. Ahora sí, ponemos rumbo hacia Opakua para superar uno de los puertos más elevados de Euskadi, con unas vistas envidiables. Descendemos hasta el valle de Arana y, por un frondoso cañón, llegamos a Santa Cruz de Campezo y Antoñana, dos villas de marcado carácter medieval.
Por la A-3136 dirección a Bernedo, en compañía de los murallones rocosos de la Sierra de Cantabria, el Parque Natural de Izki es un pequeño paraíso que merece un fin de semana. Kripan, Elvillar con su famoso dolmen de La Chabola de la Hechicera, El Campillar y Lapuebla de Labarca con fachadas barrocas y renacentistas, son poblaciones que dejaremos atrás hasta llegar a Elciego donde nos sorprenderá un imponente edificio de titanio que convive junto a una iglesia barroca. Hemos llegado a la Rioja Alavesa con un mar de viñedos que se extienden a los pies de la Sierra de Cantabria y con Laguardia como capital.
Orduña – Bilbao
En la falda de la sierra Salvada, Urduña-Orduña es una villa con un casco histórico protegido. La A-625 y la A-624 nos llevan hasta Artziniega, otro pueblo declarado Conjunto Monumental Histórico que parece un decorado de cine. Retomamos ahí mismo la A-624 rumbo a Balmaseda para descubrir la comarca de Las Encartaciones o Enkarterri, un territorio de Bizkaia muy poco conocido.
Balmaseda es su capital y aquí se ubicó la fábrica de boinas La Encartada, actualmente convertida en museo industrial con tienda de boinas incluida. A la parte antigua del pueblo se accede por un puente medieval. Después de visitar la iglesia de San Severino con una fachada asimétrica y preciosos ventanales góticos, tomamos la BI-630 para adentrarnos en el Valle de Karrantza. En Ambasaguas se ubica la oficina de turismo y un par de kilómetros después deberemos coger la BI-4679 a mano derecha, que sube hacia el pueblo de Ranero. Nos dirigimos a un lugar especial, la cueva de Pozalagua, alma del Parque Natural de Armañón, descubierta por casualidad y con una cantidad de estalactitas excéntricas que hacen de ella un fenómeno único.
Regresamos hacia Balmaseda para desviarnos a la altura del barrio de Traslaviña, en Artzentales, en dirección a Sopuerta. Entre el verde, muchos núcleos de población dispersos forman pequeños barrios. Un poco antes de llegar al concejo de Mercadillo, tomamos la carreterita que conduce hacia el barrio Arce y, luego, al de Concejuelo-Loizaga, donde una torre del siglo XIV se ha convertido en un museo de coches antiguos y clásicos donde destacan los Rolls Royce.
Ahora nos dirigiremos hacia el mar. Desde Sopuerta por la BI-2701, pasaremos por El Pobal, una ferrería del siglo XVI, para llegar a la playa de La Arena que comparten Zierbena y Muskiz, única en el litoral vasco por el conjunto de dunas, las marismas y las olas muy apreciadas por los surfistas. Su barrio de Pobeña es muy popular para pasear, tomar alguna tapa o recorrer la Vía Verde de Itsaslur.
La N-634 y luego la BI-3791 nos conducirán primero a Santurtzi (imprescindible probar las sardinas asadas en un lugar tan marinero) y luego a Portugalete. Allí fijaremos la mirada en el Puente de Bizkaia y en las tabernas del casco antiguo.
Retomamos la autovía A-8 con destino a Bilbao hasta la salida 124 donde enlazamos con la N-634 que nos conducirá al Museo Aguinaga, un tesoro para los amantes del motor y los Mercedes- Benz. Desde allí, apenas quedarán una docena de kilómetros por la N-634 para llegar a Bilbao. La mejor panorámica de la ciudad se obtiene desde el mirador de Artxanda, lugar ideal para planificar la visita. A sus pies se halla el museo Guggenheim Bilbao, esa bella mole de placas de titanio, el Palacio Euskalduna, reconocible por su envolvente de acero corten, y el Museo Marítimo Ría de Bilbao. Es obligado hacer una ruta de pintxos por el Casco Viejo, visitar el mercado de la Ribera o acercarse al Azkuna Zentroa para conocer su agitada programación cultural.
Una ruta por Euskadi