El relojero suizo Pablo Beiner llegó a San Sebastián en el siglo XIX atraído por el pujante cosmopolitanismo de la capital costera. Comenzó su andadura en la Relojería Suiza, que era proveedor de la Casa Real. La reina María Cristina, Alfonso XII, Victoria Eugenia y Alfonso XIII fueron algunos de sus clientes habituales. La joyería se diferenciaba por tener un taller propio que empleaba a artesanos locales.
En 1935, tras la muerte de Pablo Beiner, dos de los artesanos que trabajaban con él, los hermanos Munoa, tomaron el relevo del negocio, ya bajo su propio nombre: Casa Munoa. Desde entontes, generación tras generación, esta familia ha mantenido viva la tradición joyera, creando piezas de una desbordante creatividad y refinamiento.
Cada generación de la familia ha ido incorporando novedades que los ha mantenido a la vanguardia de la joyería, como por ejemplo el uso pionero de piedras semipreciosas como las turmalinas, berilos o espinelas en alternancia con los diamantes, rubíes, esmeraldas y zafiros.
Hoy en día también elaboran joyas sencillas adaptadas a los nuevos tiempos, como la Donostibay, una pieza que homenajea a la ciudad de San Sebastián, que se ha popularizado tanto entre los locales como entre los turistas que quieren llevarse consigo un recuerdo de la capital.
La historia de la joyería se recoge en Casa Munoa, de la Belle Époque al siglo XXI, un libro que aborda en detalle el apasionante legado de esta familia, que se ha convertido en parte de la historia de San Sebastián. Sus anécdotas, diseños, fotografías y dibujos son en su conjunto una joya, un reflejo de una ciudad que, una vez más, vive una época dorada.
Casa Munoa
Calle Aldamar 28, San Sebastián.
Tel.: +34 943 422 847